viernes, 25 de octubre de 2013

Seven

Mi número regente es el siete. Desde niño, mi padre fue un creyente de la numerología y siempre se basó en que los números primos son buenos y los demás malos. Por esto mismo me adjudicó siempre cierta suerte y se alegró mucho el día de mi nacimiento (a diferencia de mi hermano que nació un nueve). El día que me vine a vivir a Buenos Aires, mi padre se encargó personalmente de sacarme el pasaje, sabia muy bien que lo hacia para elegir el asiento numerológicamente correcto. Recuerdo que miré el boarding y me dí cuenta que no era un número primo, que aunque lo sumase de un lado a otro no tenía ningún tipo de buen augurio hacia mi. Me reconfortó a la distancia y entiendo porque lo hizo. Fue egoísta, quiso que la suerte se quede con él y así fue. Me la robó con la delicadeza del guante blanco, pero jamás voy a reprocharle nada. Soy así, no hago reproches al infinito. Fue un gesto digno al sacarme la suerte porque tuve que valerme de mis propios medios. Me inventé mis propios presagios y no me importaron los números, que al fin y al cabo son sólo eso. Números que componen fechas, fechas que viajan con el tiempo y espacios regidos por la coma. 宏

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