lunes, 14 de mayo de 2012
Jazz
Por momentos siento que puedo seguir haciendo las locuras mas hermosas, como meterme vestido en tu ducha o tal vez, ir hasta el mundo de los ponys y arrear hasta tu cama al que todavia mantiene tu esencia en el lomo. Y la distancia (ese pequeño puntito que funciona a escala), está plagada de autopistas apoyadas en lomos de libros nuevos bajo la atenta mirada del hipocampo, infiel a su color por dogmatismo, o acaso por no bancarse estar en un lugar que no es acorde a su altura. Patrono de fé, santo devoto de su impostura, contempla las palabras de la no razón que se deslizan como hilitos de agua bajo un pequeño arroyo dando lugar a la pólvora de alcoba y al metal del tiempo. Si tan solo quiero espiar tu alma por última vez y jugar el juego de los niños que piensan como adultos, una rayuela, la última, para llegar de la tierra al cielo en un segundo, volando o saltando lo mismo da, los casilleros sólo están dibujados.
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