Es un buen momento para dormir la siesta en la joroba de un dromedario. Tirarse despatarrado en su piel afelpada,contemplar el silencio del dialogo interno para despúes despertar y bajar por su cuello simulando que es un puente/tobogán hacia el infinito, arqueado como el alma de un arco confeccionado con una rama de paraíso; Y quizás ahí mismo encontrarte, en el final del camino, sonriendo entre la coma y El espacio (, ).
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