Inception

- Perdón por irme rajando, me dijo mientras se terminaba de poner las sandalias marrones y preguntarme si le quedaba mejor el pelo atado o suelto. -Atado. Sin lugar a dudas atado. Contesté. Beso, sonrisa, otro beso, puerta.
En tres segundos estoy solo, mirando al techo cada vez menos desconocido, mientras la tv muestra al teto medina intentar convencerme que tengo que fortalecer mi abdomen.
Balcón, pucho, café, libro, café, libro. Que estará haciendo en este momento, pienso.
¿Que cara tendrá el taxista que la llevó? ¿habrá vuelto a desayunar? Ojalá que no se patine con esas sandalias... ja, estoy hecho un nabo.(pienso).
Ok, me tengo que ir a trabajar, voy a cerrar la puerta, darle dos vueltas de llave, apagar la cafetera y salir del departamento silbando bajito.
El subte huele mal, la mezcla de perfumes y calor lo hace cotidianamente insoportable, me apoyo contra la puerta, una señora con gesto maternal me dice que me corra que se puede abrir, me corro y tropiezo conmigo mismo. Me veo de saco y corbata con la mirada perdida en un libro de Stamateas ( Por dios, stamateas, no) mientras hablo por teléfono con mi secretaria para que me reserve la sala de reuniones que van a venir los chinos de china (si, de china). Me asusto, trato de hacer contacto visual conmigo, pero no veo (o no me vé). Le pongo mi mano en la cara (o mi cara?) y nada, ni pelota . Transpiro mucho, la vieja que antes me quiso prevenir ahora tengo la sensación que me quiere tirar del tren-subte. Sigue subiendo gente, yo me miro cuando levanto la vista y lo veo. Me vé.Lo veo. Me veo. Salto en el lugar (si, yo tampoco entiendo porque lo hice).
Me pego la cabeza contra el techo y despierto,-¿suelto o atado? escucho una voz que viene de lo más profundo, mientras un perfume a papaya inunda mi nariz. Suelto, sin lugar a dudas, suelto.
Beso, sonrisa, otro beso, puerta.