miércoles, 22 de julio de 2009

Eclipse Voyeur

Nuevamente, mientras viajo en el colectivo con la frente de una jovial señora de 65 pirulitos pegada a mi mentón y a mis espaldas un lindo punguita con cara de Bull-dog con difteria, no puedo parar de pensar en la sombra de la luna y la grandeza que rodea tal fenómeno, esa sombra gigante que hizo tartamudear a gigantes de antaño la vemos proyectarse nuevamente como una película que ciclicamente pasa el cine de barrio todos los domingos, una y otra vez, mostrando sus bellas curvas a los hombres, un desfile de astros, una Greta Garbo con 3.474 km de cadera.
Durante el resto del viaje me sentí un mortal tan pequeño ante tal magnitud que no quise ni mirar para el cielo por miedo a que me ligue un meteoritazo por mortal y fizgon.

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